Margarita Montañez se registró para votar el mismo día que se hizo ciudadana en 1997. Ella ha votado, y ha registrado nuevos votantes, en cada elección durante un cuarto de siglo. Sus 73 años no la detienen.
“Me gusta mucho votar,” dice Margarita, sonriendo. “Me pongo muy contenta. Voto en las elecciones de mi comunidad y también ayudo a otros candidatos en otras comunidades porque me interesa mucho que la gente se registre para votar.”
En esta elección, también la impulsa su horror por las políticas de inmigración del Presidente Trump, especialmente la separación de los niños de sus madres.
“Esto es un trauma por el que van a sufrir mucho’’, dice ella. “Me da tristeza ver a los niños que los arrebaten de los brazos de sus padres.”
Y es que Margarita sufrió una breve separación de su hijo de nueve meses cuando primero llegó a los Estados Unidos de su natal Veracruz, el 20 de febrero de 1970. Se acuerda de la fecha porque era su cumpleaños. Cruzó con su esposo, pero tuvo que dejar a su hijo con familiares. Lo que fueron unos días de separación, a ella le supo a eternidad. Conoce el desconsuelo de estas madres.
“Me da mucha tristeza que los encierren como si fueran animalitos, sin protección, medicina, escuela o preparación para el futuro,” dice. “Es una gran injusticia.”
Margarita y su familia han prosperado: su esposo tiene un pequeño negocio familiar como electricista, y sus seis hijos han logrado ir a la universidad. Pero detrás del éxito hubo lucha. Ella se acuerda cómo vendía tomates y sandías en la calle para completar el ingreso familiar mientras su esposo estudiaba para conseguir su licencia profesional.
Sabe que como ella hay muchos en su comunidad, y desde el principio se ha involucrado para ayudar, ya sea a través de su iglesia o, en los últimos cinco años, también con CHIRLA. El que algún vecino suyo califique para votar, y no lo haga, simplemente no le entra en la cabeza.
“¿Cómo vamos a ir a ver al gobernador y a los otros políticos si no votamos y no tenemos la voz de decir ‘te apoyé para que tú nos representes’?” pregunta. Ella da el ejemplo, a sus hijos y a todos los jóvenes, “para que ellos también sean buenos ciudadanos y, cuando tengan la edad, también participen.”
En esta elección, Margarita ha hecho un plan. Piensa votar por correo, como lo hizo en elecciones anteriores, “para tomarme mi tiempo y no andar con prisas.” Dice que ahora que esta opción se está promoviendo con fuerza, los latinos ya no tienen excusas para no salir a votar.
¿Qué quiere Margarita este día de las elecciones? Ver a todos sus familiares y vecinos luciendo la calcomanía de que ya votaron. Más aún, quisiera que se reportara en las noticias que
“los latinos hicimos historia y … que en California los latinos votamos más que en años anteriores.”